Introducción
Las habas secas eran una legumbre muy extendida y consumida en toda la península, hasta que poco a poco fue siendo sustituida por las habichuelas o alubias. En ciertas zonas, especialmente del Sureste peninsular, su consumo sigue siendo habitual, especialmente en Semana Santa.
Una forma muy común de consumir las habas secas cocidas era hasta la mitad del siglo XX, al modo de las pipas y las castañas, en cartuchos que vendían en puestos ambulantes, en paseos y entradas de cines y circos, según nos contaban en casa.
También eran un aperitivo muy frecuente que acompañaba los chatos de vino o las cervezas de los días festivos en cualquier época del año.
En nuestra ciudad había un lugar en el que jamás faltaba una olla de habas y era famoso por ellas, el Bar Sepia, una tasca que colocaba sus mesitas de madera cerca de la entrada del parque. El Sepia era el apodo del dueño, allí jamás vi de pequeña una sepia a la plancha, que sí era plato habitual en otros establecimientos de restauración de la ciudad. Las barritas de pan tostadas con aceite y sal y las habas eran merienda casi obligada al caer la tarde de los domingos de verano.
No podemos dejar de mencionar que son también conocidas estas habas como "michirones" porque así se denominan en Murcia, lugar donde este platillo es todavía hoy día muy tradicional y no falta en casi ningún bar. El origen del términos tiene su controvertida etimología, para unos del
"mirsun" árabe que significa
pequeño egipcio, que sería muy atinado porque además los egipcios consumen muchísimas habas, y para otros deriva del catalán y valenciano
"menjar" porque aún en muchas zonas de la región murciana se utilizan valencianismos derivados de los contactos con el reino de Aragón, como sería este caso ya que aún en ciertas zonas murcianas se les conoce como
minchirones.
Es un poco difícil encontrarle a este plato un origen, ¿hasta dónde remontarnos? Las habas se consumen en todo el mediterráneo desde... ¡Uf! imposible determinar. Así que quienes quieren adjudicar esta comida al legado andalusí creo que se equivocan aun siendo cierto que se consumían también durante toda la Edad Media, por supuesto. Si queréis saber algo más de las habas en nuestra cocina, aunque no exactamente de esta receta en particular, recomendamos el enlace, con nombre algo engañoso, por cierto:
Pitagóricos michirones – El Cuaderno (elcuadernodigital.com)
Disfrutad de este humilde alimento, que es delicioso, muy nutritivo y simpático para picar con amigos mientras charlamos.
Ingredientes
- 1/2 Kg. de Habas secas, o habas muy granadas, a punto de secarse.
- 1 hueso de jamón.
- 300 gr. de chorizo dulce o picante.
- 3 hojas de laurel.
- 2 cucharadas de pimentón no ahumado (dulce o picante al gusto).
- 10 granos de pimienta negra.
- 4 clavos de olor.
- 1 cucharada de aceite de oliva.
- Sal al gusto.
Preparación
Tras 48 horas de remojo las habas se ponen en una olla a cocer con agua abundante que cubra dos o tres dedos por encima, con todos los ingredientes, en crudo, hasta que ablanden. Este
tiempo aproximado es en olla a presión entre 45 y 60 minutos y en olla tradicional unas 3 horas, a fuego medio/bajo, si son secas.
Si son de las granadas, depende del grado de dureza, por eso recomendamos sin presión e ir comprobando, pero no menos de 30 minutos.
Como estas habas se comen con los dedos para retirarles la piel, se sirven con poco caldo, por ello no importa que éste no quede muy denso, aunque cuanto más reducido esté más intenso será el sabor.
Servirlas bien calientes.
Otros detalles
Si las habas son muy viejas o se han conservado en condiciones no muy buenas, al ponerlas a remojar algunas se quedan flotando en la superficie, si se prefiere se pueden retirar, porque suelen tardan algo más en ablandarse y hacen que guiso no quede uniforme.
Variantes del plato
En la región de Murcia hay costumbre de comerlas todo el año, pero especialmente en el Jueves Santo. Y en este caso muchas veces se hacen sin el jamón y el chorizo, por eso de que es cuaresma.