24 junio 2016

Gazpacho



Introducción


Para no ser pesadas, y después de haberos presentado el salmorejo, no queremos insistir más en estos majados de tradición ancestral, tan estupendos para el verano ya que ayudan a resistir mejor el calor reponiendo líquidos, sales y vitaminas.

Hoy en día está muy de moda alterar sus verduras básicas y sustituir alguna por frutas y otras hortalizas, y diremos al respecto que todo nos parece bien, pues este plato ha ido sufriendo múltiples incorporaciones de vegetales a medida que ciertas especies entraban en las huertas y se hacían populares.

Así, el humildísmo gazpacho, comida de pobres segadores, ha ido poco a poco alcanzando un prestigio enorme entre cocineros, médicos dietistas y, sobre todo, cautivando el paladar de todos los españoles, independientemente de la región en que se viva.

Hoy día no se requiere mucho esfuerzo para la elaboración gracias a las batidoras eléctricas y los frigoríficos, pero antes era labor más pesada macerar con sal y vinagre los ingredientes y deshacerlos y machacarlos en el mortero, hasta conseguir una pasta homogénea que se mezclaba con agua. 


Nos parece tan apropiada y breve la historia del gazpacho que se cuenta en el blog de Juan Cruz Cruz, que hemos optado por indicaros el enlace para que profundicéis si os apetece: 

http://regusto.es/2015/02/21/mi-viejo-y-nuevo-gazpacho/ 
Y, por supuesto, os recomendamos una vez más la página Historia de la cocina y la gastronomía de Carlos Azcoytia:
http://www.historiacocina.com/historia/articulos/gazpacho.htm

Pero no podemos dejar de recordar que Juan Valera, en su artículo La cordobesa, de 1872, que entre otras cosas ofrece una muy estimable información sobre la gastronomía de su tierra, explicaba alguno de los antecedentes del popular gazpacho hispano, pues no otra cosa es lo que tomaban los segadores romanos en la Égloga II de Virgilio:
"En cuanto al gazpacho, es saludable en tiempo de calor y después de las faenas de la siega, y tiene algo de clásico y de poético. No era más que gazpacho lo que, según Virgilio, en la segunda Égloga preparaba Testilis para agasajo y refrigerio de los fatigados segadores: Allia, serpyllunque, herbas contundit olentes".
No dejéis de haceros un buen gazpacho, que no se tarda nada y no hay comparación con los que se compran ya hechos.
Ingredientes
(Para 4 comensales)

  • 5 tomates maduros y rojos (de pera preferiblemente)
  • 2 pepinos
  • 1 pimiento tipo italiano verde.
  • 1 cebolla.
  • 1 diente de ajo.
  • 2 rebanadas de pan.
  • 2-4 cucharadas de aceite de oliva.
  • 1-4 cucharadas de vinagre de vino (al gusto).
  • Sal al gusto.
  • 1/2 l. de agua.
Opcional, si se desean tropezones, 1 pieza de verdura más de  cada una, menos del ajo, para partirla en dados pequeños, así como un poco más de pan también partido en dados.
Preparación


Lavar y trocear las verduras, remojar el pan con un poco de agua, y triturar todo junto, con un vaso de agua , el aceite y la sal. Conseguir que se deshaga bien todo y quede un líquido de consistencia más clara que espesa, que se vierte en cuencos para tomar con cuchara.

Al terminar, repasar de sal, aceite y vinagre al gusto, y si se requiere licuar con agua bien fresca, o añadir cubitos de hielo.

Si se desean tropezones, cortar en daditos las verduras y un poco de pan, para que se sirva cada comensal según su gusto la guarnición.
Otros detalles


Si los tomates tienen la piel dura, mejor pelarlos, lo que se consigue con facilidad si los escaldamos un momento en agua hirviendo.

Si el tipo de batidora no deja muy fina la textura, pasar por un colador de trama no muy ancha.


Aunque el gazpacho tradicionalmente se hace con pan, nosotras hace muchos años que no se lo ponemos, para rebajar el valor calórico y que resulte aún más suave y refrescante.


Si a los tomates les falta color, podemos poner el pimiento rojo en lugar de verde.


Variantes del plato

Desde hace unos años está de moda poner melón o sandía en lugar de pepino, o cambiar el tomate por fresones o melocotones, mangos, etc. 

En cada caso hay que estimar el resultado final, pues a veces hay que eliminar el ajo, o el vinagre... Depende de el gusto de cada cocinero, pero algunas de estas mezclas ya no resultan tan refrescantes como el gazpacho tradicional, aunque aporten otras cualidades.



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