SOBRE NOSOTRAS

Marga y Maicha  (las Almela para tantos amigos, las "sisters", o incluso las "carmelas") somos dos hermanas sesentonas y gorditas a las que nos gusta comer y por ello preparar platos a diario en nuestra cocina, ya que todos los días los humanos tenemos la necesidad de tomar alimentos en varias ingestas y nos gusta que estos estén muy ricos.
Mediterráneas por definición y aficionadísimas a buscar las raíces de los platos que degustamos, lo cual no significa que no valoremos y preparemos platos de todos los rincones del mundo que vamos añadiendo a nuestro recetario, y que también hagamos cocina de fusión, como se dice ahora, adaptando a nuestros gustos y con ingredientes que se encuentren a mano, muchas de las cosas que saboreamos fuera de casa.

Aprendimos a amar la cocina desde muy pequeñas, en una familia ilicitana un tanto peculiar para aquellos años grises de los cincuenta y sesenta, donde nuestra madre trabajaba y casi no tenía tiempo para guisar pero que lo hacía maravillosamente cuando podía, donde nuestro padre nos animaba a entrar con él a preparar la cena de los sábados o la merienda de los domingos, y las tías de nuestra madre se encargaban, especialmente Remedios, de ir al mercado y guisar a diario en una tradición judía bien hermanada ya con los sabores alicantinos y nos guiaba en nuestros primeros quehaceres en la cocina. Era una casa donde todos hacíamos un poco de todo y donde se nos permitió desde pequeñas tomar la iniciativa en la elaboración de platos nuevos, en la ejecución de recetas que buscábamos después de haber visto en una revista o en el cine una mesa con platos que nos parecían apetitosos, que a veces salían estupendos y otras no tanto.

Amantes de la buena mesa y por tanto de todo tipo de cocina, vemos con estupor que cada vez más gente considera que guisar requiere mucho tiempo y por ello cada vez se consumen más alimentos precocinados de toda índole mientras se va perdiendo, por desuso, la sabia cocina tradicional que sabía combinar de forma intuitiva pero inteligente los alimentos y los modos de prepararlos.También es verdad que muchos platos ya no conviene hacerlos exactamente como la tradición manda, pues nuestros hábitos de vida tampoco son los de antaño y el sedentarismo y la falta de tiempo nos obligan a tener que adaptarlos, pensamos que para bien, sin que eso signifique dejar de hacerlos y degustarlos al menos de vez en cuando.

Maicha es de la opinión de que un buen plato no requiere, para estar bien elaborado, más de veinte minutos de trabajo culinario, aunque pueda requerir tiempo de cocción más largo tanto en horno como en fogón, tiempo que podemos utilizar para otros menesteres hasta que acudimos a dar al botón de apagado. Y también que esos 20 minutos permiten muchas veces preparar varios platos a la vez, por lo que en un rato, en el mismo tiempo que preparamos un precocinado, tenemos una comida hecha con alimentos frescos.
Marga es más dada a entretenerse en la preparación de los platos, más amante del fuego lento y tomarse su tiempo en cada paso.
El resultado, por tanto, es que, en ocasiones, una misma receta no sabe igual, hecha por una o hecha por la otra de las Almela.
Nos gusta, por eso mismo, cocinar juntas alternándonos en los procesos de la preparación, porque en esos casos es cuando salen las recetas más de la casa que nunca. Eso sí, esto sirve para todo menos para los arroces, para los que la mano que los comienza debe ser la que los controle hasta el final, sin perderse en disquisiciones sobre faltas o sobras de líquidos y fuegos que puedan desviar del punto óptimo en que debe quedar el grano. Y para eso somos muy exigentes, tanto que algunos amigos nos apodan las talibanas del arroz.

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