26 abril 2016

Bizcocho de zanahoria y avellanas


Introducción


Esta tarta o bizcocho de zanahorias tiene un montón de cualidades que la hacen digna de formar parte de nuestro recetario habitual, pues es apta para cualquier ocasión. Tiene una masa tierna, jugosa y deliciosa, además de ser mucho más ligera que otros dulces al contener poca harina y azúcar y ninguna grasa a excepción de la que aportan las avellanas.

A nosotras nos la enseñó a hacer Miranda, una mujer extraordinaria, judía de Torino, que vivió los últimos años de su vida en la costa alicantina donde trabó amistad con nuestra familia. Eran los comienzos de los años 70 y para nosotras una auténtica novedad que se pudiese elaborar un bizcocho con esta hortaliza que estábamos acostumbradas a poner en el puchero y los guisos, pero poco más.

Por si os apetece conocer algo de historia de su principal ingrediente, os diremos que, al parecer, las zanahorias tal como hoy las conocemos proceden originariamente de la zona de Irán y Afganistán, introduciéndose en Europa muy posiblemente  a partir del siglo VIII a través de Al-Andalus, si bien su color no era exactamente el que ahora se ha generalizado, sino amarillo o morado tirando a púrpura, o mezcla de ambos. Las anaranjadas -hoy día las más extendidas por todo el mundo-, son fruto de ingeniería genética de los Países Bajos en el s. XVII, cuando los agricultores quisieron homenajear a sus reyes de la Casa de Orange, es decir, por puro patriotismo. Hoy vuelven a ser muy valoradas las variedades de otros colores, especialmente las blancas, amarillas, moradas, negras o incluso verdes, y con cualquiera de ellas se puede elaborar esta deliciosa tarta.

Y sobre la avellana, podemos indicaros que es un tipo de nuez (en latín nux), a la que se le dio el nombre de la ciudad de Avella en la región Italiana del Avellino en  Campania, donde esta especie era muy abundante, como sucede en la zona de Reus (Baix Camp) en Cataluña, pues este árbol es propio de regiones húmedas del sureste de Europa. 

No creemos necesario hablar de las propiedades de ambos ingredientes, muchos y saludables, así que sin más preámbulos, ahí va la receta de tradición italiana (desconocemos si judía)  tal como nosotras la seguimos elaborando en honor no de una casa real, ya que somos republicanas, sino de nuestra amiga Miranda.
Ingredientes
(Para 4-6 comensales)
  • 4 huevos.
  • 200 gr. zanahorias ralladas.
  • 125 gr. de avellanas peladas (crudas o tostadas, nosotras preferimos tostadas).
  • 150 gr. de azúcar.
  • 50 gr. de harina.
  • ½ sobre de levadura en polvo.
  • Ralladura de corteza de limón (opcional).
  • Canela, jengibre, vainilla (opcional).
Preparación


Rallar las zanahorias en hebras finas con ayuda de un rallador manual o eléctrico. 
Separar las yemas de las claras, para utilizar por separado.
Encender el horno a 180º para que se vaya calentando mientras se prepara la masa.
En un recipiente amplio batir las yemas con el azúcar hasta que salga espuma y añadir entonces la ralladura de zanahoria y las avellanas picadas gruesas y si se desea la ralladura de limón y las especias. Verter y mezclar la harina con la levadura. Batir a punto de nieve firme las claras y añadirlas al resto de la masa con una espátula, removiendo de abajo arriba con cuidado para que se mantenga el volumen de las claras.
Verter el conjunto en un molde para horno forrado o engrasado y cocer en el horno a 180º unos 15-20 minutos.
Otros detalles


Para saber si ya está hecho, comprobar pinchando con una aguja larga o pincho de brocheta y comprobar que sale limpio.
Una forma mucho más rápida de hacerlo es con un robot eléctrico en el que trituramos las zanahorias con las avellanas y luego mezclamos con el resto de ingredientes en el mismo aparato, pues las cuchillas acaban de batirlo y mezclarlo, aunque a nosotras nos gusta más con las avellanas picadas gruesas y la zanahoria en filamentos.
Se puede sustituir la levadura por gasificante en polvo.
Variantes del plato

En EEUU es muy tradicional, con las avellanas trituradas, y cubierta con una capa de una crema de queso, que se hace batiendo fuertemente queso crema tipo Philadelphia (150 gr.) con azúcar glas (200 gr.) y mantequilla (75 gr.).
También es frecuente encontrar muchas recetas en que se le añade aceite o mantequilla. Hay quien sustituye el azúcar por miel, las avellanas por nueces o almendras... 


Otra receta, sin avellanas: 250 gr. harina, 200 gr. azúcar, 100 ml. de aceite, 3 huevos una pizca de sal y una cucharada de canela molida y dos cucharadas de levadura en polvo. Nada que ver, pero delicioso bizcocho muy jugoso.


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