21 octubre 2015

Calabaza al parmesano



Introducción


Mi amiga  Marina Sanfilippo, una gran narradora romana de buen guisar y yantar- comenta Marga-, me ha recomendado una nueva forma de comer la calabaza que me ha sorprendido por el acertado contraste de sabores. Se trata de la calabaza al parmesano que aquí ofrecemos tal como lo hemos cocinado nosotras y que puede tomarse como primer plato otoñal o servirse acompañando las carnes.  
Estoy segura de que en muchas cocinas romanas los niños tomaban este plato las noches de otoño escuchando cuentos de la nonna.

Ingredientes
600 gr de calabaza.
100 gr de queso parmesano rallado o laminado.
3 cucharadas de aceite de oliva.
Una pizca de sal.
Una pizca de pimienta.
Una cucharadita de orégano.

(Para 4 comensales)
Preparación

Se pela, limpia y corta la calabaza en láminas de 1 cm. y 1/2 de grosor y se disponen en una fuente para horno.

Se espolvorea entonces con un poco de sal y pimienta y se rocía con unas gotas de aceite de oliva antes de meterla al horno calentado previamente a 200º.

Cuando la calabaza esté asada, al cabo de unos 20 minutos, la sacaremos del horno, la cubriremos de queso parmesano, mezclado con orégano, y la pondremos a gratinar unos minutos más hasta que el queso esté en su punto. 
Otros detalles


Si la calabaza es de las redondas (Totanera de asar, o de piel verde gris y corazón hueco con pepitas grandes), le quitaremos la piel y rasparemos la parte interior para dejar la superficie lisa y limpia y la cortaremos en rodajas de un centímetro de grosos aproximadamente. Dispondremos las "medias lunas" de calabaza resultantes alineadas en 2 o tres columnas al fondo de una fuente de horno.

Si la calabaza es de tipo mallorquín, cilíndrica y sin pepitas, le quitaremos la piel y la cortaremos en lascas grandes, en bastones o de la forma que nos resulte atractiva para la vista del plato.

La podemos servir en un plato adornado con unos granos de granada, o uvas rojas, y la acompañamos con un vino blanco, seco y muy frío.  





2 comentarios: