Introducción
Desde hace unos años parece que lo más socorrido es preparar la calabaza en crema (ya escribiremos nuestra receta en otra ocasión), pero nosotras, por ejemplo, hemos incorporado este plato a nuestro recetario, sin que mantengamos un recuerdo de la crema de calabaza vinculado a la cocina de nuestro entorno.
A la receta de la que nos vamos a ocupar -a falta de que algún lector nos sugiera otro nombre para el plato-, le hemos puesto el adjetivo de jienense. Es muy antigua, procedente del mundo rural de esta zona de Andalucía y nos la enseñó nuestra amiga Mari, tal como a ella se la habían transmitido en su casa.
Ingredientes
- 1 Kg de calabaza.
- 3 dientes de ajo pelados.
- 1/2 vaso de agua.
- Aceite de oliva abundante para freír, que luego retiraremos de la sartén.
- 1 cucharada de orégano.
- Sal al gusto
(Para 4-5 comensales)
Preparación
Pelamos, limpiamos de pipas y partimos la calabaza en pequeñas lascas finas, de un grosos máximo de unos 3 mm., y 3 o 4 cms. de lado (siempre de forma aproximada, a no ser que utilicemos una mandolina, pero realmente no importa) de un modo similar a las patatas para tortilla.
En una sartén calentamos el aceite y en él freímos los trozos de calabaza hasta que se doran. Mientras, picamos en mortero o almirez los ajos con la sal y a esto le añadimos el agua.
Retiramos de la sartén el aceite de freír la calabaza y vertemos sobre ella el contenido del mortero junto con el orégano, hasta que se consuma toda el agua, durante unos pocos minutos.
Otros detalles
Para retirar bien el aceite puede resultar más sencillo sacar con la rasera a una fuente o plato la calabaza frita y entonces extraer el aceite de la sartén.
El aceite que ha absorbido la calabaza suele ser más que suficiente para que se termine de hacer el guiso en condiciones.
La calabaza debe quedar blanda, pero sin deshacerse.
Usar como guarnición de carnes, pescados a la plancha y huevos, o como entrante, preferiblemente en caliente.
Variantes del plato
A esto mismo se le puede poner un poco de pimentón o de pimienta, según el gusto, e incluso dos o tres cucharadas de vinagre. El sabor varía bastante con cualquiera de estos ingredientes, y puede servirnos para cambiar el plato según apetencia.
Os recomiendo tomar sobre una rebanada de pan horneado con queso fundido.
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